Los argentinos no estamos acostumbrados a consumir brotes, estos son una excelente fuente de diversos nutrientes y son de fácil digestión. Poseen bajo valor calórico, por lo cual son importantísmos para un buen plan alimentario. Lo ideal es consumirlos crudos en ensaladas, sandwichs, o bien cocidos en distintas preparaciones, como revueltos, omelette, guisos, etc..
El milagro de la germinación comienza con un poco de agua, aire y temperatura ambiente. Los inhibidores enzimáticos que impedían que la semilla germinara se liberan en el agua cuando los remojamos. Pero atención, no utilice el agua en la que remojó las semillas porque contienen inhibidores enzimáticos. Al realizar la germinacion de semillas, estas se convierten en alimento altamente nutritivo, rico en enzimas, minerales y vitaminas. La cantidad de vitaminas aumenta increíblemente. Las lentejas, por ejemplo, tienen pequeña cantidad de vitamina C y al brotarlas se convierten en la mejor fuente de vitamina C. Por otra parte, el proceso de germinación aumenta las enzimas.
La comida rica en enzimas es fácilmente digerible y esto es muy positivo para nuestra salud. En la medida en que el organismo no tiene que producir enzima en exceso en el proceso de la digestión porque ya las contienen los alimentos, estamos ahorrando un importante gasto de energía. Otro beneficio, las proteínas, grasa e hidratos de carbono de las semillas se predigieren y así es más fácil asimilar sus nutrientes. Algunos brotes contienen clorofila, que es muy similar a la hemoglobina de la sangre, incrementando así la oxigenación celular y los procesos depurativos. Además son fáciles de hacer, disponibles durante todo el año, de muy bajo costo y sin agregados químicos. Se puede consumir hasta 1 taza diaria de brotes por día. Los brotes de oleaginosas pueden ser de almendras, avellanas, nueces, girasol, sésamo o lino y se puede consumir 1/2 taza por día.